Una de las caracteristicas del Mundo Andino que pone de manifiesto la originalidad lograda gracias a la falta de influencias externas, son los diversos modelos de sucesión de los jefes etnicos, categorizados a travez del tiempo y del nivel cultural alcanzado por cada grupo. Estos jefes étnicos, inicialmente debían cumplir con ciertos requisitos que asegurasen la continuidad y desarrollo de las poblaciones a su cargo, siendo indispensable en muchos contar con cualidades de lider guerrero. Es así que en tiempos tempranos, los Sinchis jugaron un papel preponderante como líderes por que gracias a ellos se aseguraba la subsistencia del grupo que lideraban. A su vez, existía en el mundo andino otro tipo de lider, especificamente de caracter religioso, el cual, basado en la cosmovisión andina, permitía asegurar un desarrollo sostenible de su población, ampliando su influencia por vía pasífica y gracias al prestigio de su deidad principal. Con el transcurrir del tiempo, en diferentes lugares del Mundo Andino, los lideres etnicos tomaron figuras diversas, con sus propias prerrogativas. Dichas figuras permitían inclusive el liderazgo sin discriminación de género, pudiendo encontrar en las crónicas, tanto a hombres como a mujeres asumiendo el rango de Curaca, denominados por los españoles Caciques en el caso de los hombres y Cacicas/Capullanas en el caso de las mujeres (lastimosamente no se cuenta con la denominación andina para las mujeres). Al parcer, en todos los casos primó el gobierno por parte de una Diarquía, existiendo una segunda persona que acompañaba al Curaca principal del grupo. Aquí también la diversidad en las caracteristicas de la segunda persona es notoria, dependiendo de la región del curacazgo. Tal abanico de modalidades en la organización de los diferentes grupos étnicos, no fue plenamente entendido por los cronistas españoles, quienes basaban generalmente sus escritos en una metodología de verosimilitud para poder transmitir a España y Europa en general, lo nuevo de estas poblaciones. A pesar de esta falta plena de entendimiento, las autoridades españolas vieron la importante necesidad de conservar dichos fueros, para asegurar una adecuada administración de las poblaciones y sus tributos.
Un problema que va de la mano con la variedad de jefes étnicos del mundo andino, y que no fue ajeno a la legislación española, fué la normativa de sucesiones. Cada región, e inclusive cada grupo, contaba con su propio conjunto de normas para la selección del sucesor de un Jefe. Dentro de este abanico de modos de sucesión se puede citar la elección del más habil para dirigir un Señorío. Caso muy conocido en los Incas es el de Cusi Yupanqui, quien luego de demostrar su idoneidad para el cargo de Sapan Inca al defender el Cusco y derrotar a los temidos Chancas, sustituye en el cargo al Inca Viracocha, convirtiendose en el noveno gobernante de la lista de la Capac Cuna con el nuevo nombre de Pachacutec, cuyo significado es "el que trastorna el mundo". Aqui es notoria la elección del más habil para el gobierno, mas aún cuando un grupo de crónicas consignan a Inca Urco como el sucesor elegido por el Inca Viracocha. Una segunda modalidad es el correinado, modo empleado por el Inca Pachacutec en el caso de Tupac Yupanqui por ejemplo, con la finalidad de evitar sucesiones sangrientas por el enfrentamiento de los aspirantes al trono. Una tercera modalidad era la suceción por generaciones, es decir, los hijos no heredaban el cargo hasta haberse agotado los aspirantes de la generación anterior. Un ejemplo de esta modalidad se dió en la etnia Guayacundo, donde el sucesor era el hermano de señor principal hasta agotar los varones aspirantes de la misma generación. Una cuarta modalidad es la sucesión de la hijas mujeres - valga la redundancia - a falta de hijos varones, dando origen al reinado de curacas mujeres denominadas Capullanas por los españoles - como ya se comentó, no se conoce la denominación indígena de estas curacas -. Es la etnia de los Tallanes un ejemplo de la sucesión de Capullanas. Todos estas modalidades de sucesión, a inicios de la Colonia, fueron respetadas por tiempos diferentes dependiendo de cada caso. Es quizas la modalidad de sucesión de las Capullanas la que más rápido se deterioró, ya que a pesar de la posibilidad de exigir su derecho a Cacica (denominación importada de las Antillas por los españoles), no tenían el derecho a gobernar, sino mas bien, este era asignado al esposo. Muchos españoles vieron en esta situación, una forma de mejorar su estatus económico y social. Un intererante estudio al respecto es el realizado por María Rostworowsky, publicado en su libro RECURSOS NATURALES RENOVABLES Y PESCA, SIGLOS XVI - XVII / CURACAS Y SUCESIONES, COSTA NORTE (OBRAS COMPLETAS IV). En él presenta casos del norte del Perú, fundamentado en documentación colonial de probanzas de derecho al título de cacique y que anexa al final del mismo.
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Fuente: María Rostworowsky. RECURSOS NATURALES RENOVABLES Y PESCA, SIGLOS XVI - XVII / CURACAS Y SUCESIONES, COSTA NORTE (OBRAS COMPLETAS IV). Primera Edición 2005 (Segunda Edición de Recursos naturales renovables y pesca, siglos XVI - XVII de 1981 - Segunda Edición de Curacas y sucesiones, costa norte de 1981).