viernes, 25 de febrero de 2011

La Etnia Guayacundo

Los Guayacundos, nombre con el cual se conoce a la etnia prehispánica que ocupaba las tierras de la sierra de piura, fueron una de las importantes etnias de la sierra norte del Perú.  De origen o gran influencia jíbaro, fueron activos partícipes de las conquistas Incas en su expansión al norte, hacia quito.  Fué durante el gobierno de Pachacutec cuando fueron conquistados por su hijo Tupac Yupanqui, luego de una tenaz resistencia por parte de los Guayacundos al mando de Apo Guacall, jefe principal de la etnia.  Es despues de cinco meses que los Guayacundos perciben la superioridad de las tropas incaicas, y terminan aceptando su derrota.  Los Incas, a diferencia del trato a otras etnias, no se ensañaron con los Guayacundos, permitiendo así que los curacas conservaran sus rangos y privilegios a cambio de someterse al Sapan Inca.  Al parecer, como medida cautelar, los incas dividieron a la etnia en tres partes, con la finalidad de generar un trauma en la organización sociopolítica de los Guayacundos, disminuyendo así la posibilidad de una insurrección por parte de la etnia.  Otra acción para evitar la sublevación fué la de otorgar regalos a los principales de la etnia, a modo de retribución por las prestaciones al Tahuantinsuyo.  Respecto a la desmembración de la étnia, una de las partes sería la de Ayauaca (Ayabaca), conformada por el sector norte del territorio Guayacundo; la segunda, la de Huancapampa (Huancabamba), conformada por el sector sur; y la tercera, la de Coyayca, emplazada en el sector Oeste, de donde era natural Apo Guacall, último jefe principal (atuncuraca) de la etnia Guayacundos.  Tanto a Apo Guacall, como a sus principales, les fueron impuestos un gobernador Inca, denominado Tutricut, al cual debian rendir cuentas para mantener informado al Sapan Inca de la situación social, política y económica en dicho territorio.

El Dr. Waldemar Espinoza Soriano, en su libro La Etnia Guayacundo en Ayabaca, Huancabamba y Caxas (Siglos XV - XVI), expresa que el atuncuraca Apo Guacall, cuyo nombre significa el señor que llora (quizás por haber sufrido de conjuntivitis), llegó a ser muy estimado por los Sapan Inca de turno, debido a su fidelidad a los intereses del Tahuantinsuyo, demostrandolo primero con Tupac Inca Yupanqui, quien le permitió seguir como gobernante de Coyayca (Caxas).  Luego de la muerte de Tupac Inca Yupanqui, al tomar Huayna Capac el cargo de Sapan Inca, la fidelidad se vió recompensada por parte de este convirtiendolo en uno de sus hombres de confianza, requiriendo su consejo en temas político-económicos sobre su región y las aledañas.  Apo Guacall llegó a recibir el trato ceremonial de "hermano" y compartir la mesa con el Inca Huayna Capac, trato especial del cual eran dignos solo personajes especiales.  Cuando Huayna Capac realizó la incurción militar al noreste de Quito para anexar nuevos territorios al Tahuantinsuyo, llevó a Apo Guacall con sigo, como general de un gran ejercito de Guayacundos, llegando a alcanzar el número de mil soldados guayacundos.  Luego de anexados los nueos territorios, Los Guayacundos fueron empleados como mitmas de control, de tal forma que reprimieran cualquier intento de sublevación por parte de los naturales conquistados.  Es durante la guerra entre Huascar y Atahualpa que la población Guayacunda ve iniciada su diesma poblacional, para luego continuar la baja demográfica durante la conquista y las  guerras civiles entre los españoles por el poder, donde se vieron afectados por nuevas enfermedades, abusos y perdida de sus bienes.  Una vez instauradas las encomiendas en la región, la disminución de la población siguió por el empobrecimiento y las exageradas tasas impuestas a favor de los encomenderos.






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Fuente: Waldemar Espinoza Soriano.  LA ETNIA GUAYACUNDO DE AYABACA, HUANCABAMBA Y CAXAS (SIGLO XV - XVI).  Primera Edición 2006.

sábado, 19 de febrero de 2011

El Ídolo de Pachacamac

El santuario pre-hispánico mas importante de la costa central del Perú es el de Pachacamac, nombre asignado por el Inca Tupac Yupanqui, según las crónicas, al dios yunga Ychsma.  Dicho santuario presenta, entre su variada arquitectura,  una ocupación que va desde el periodo Intermedio Temprano hasta el Horizonte Tardío.  El Señorío de Ychsma basó su predominio en una extensa zona basado en una influencia religiosa, prueba de esto son las diferentes esposas e hijos del dios Ychsma (Pachacamac), convirtiendose en verdaderos enclaves religiosos, que tributaban a Pachacamac.  Quizás el pilar que favoreció a la diseminación del culto al dios Pachacamac fueron los mercaderes Ychsmas, quienes además de sus labores de trueque, difundían  el culto a Pachacamac; otro punto que pudo favorecer a su difusión pudieron ser sus poderes sobre los movimientos teluricos, que infundían temor entre los naturales y, sus oráculos, muy solicitados, inclusive desde tierras lejanas.

Fue la expedición dirigida por Hernando Pizarro la primera en llagar al santuario de Pachacamac; dicha expedición partió de Cajamarca el verano de 1533 luego de transcurrido un tiempo de los incidentes de la captura de Atahualpa.  Gracias a dicha expedición, no solo se tiene información referente al señorío Ychsma, sino también, contribuyó al conocimiento de señorios importantes como el de Huaura, Barranca y Chancay, siendo Miguel de Estete el responsable de realizar la crónica del citado viaje.  Al llegar Hernando Pizarro al señorío Ychsma, fue recibido por Taurichumbi, principal impuesto por el Inca, y una comitiva de principales de los señorios aledaños.  Luego de recibir el oro existente en el santuario bajo amenaza de muerte a los principales del santuario, procedió a visitar el templo de pachacamac, actualmente conocido como el Templo Pintado por su decoración pictórica.  Según las crónicas de Estete, Hernando Pizarro pidió ser llevado ante el ídolo de Pachacamac, y al llegar a su templo, encontró al ídolo en un recinto precario y oscuro, rodeado de productos marinos en descomposición.  Al realicionar al ídolo de Pachacamac con el diablo, lo derribó de su lugar de descanso, para esto los naturales congregados se atemorizaron y solo esperaron que la tierra tiemble por la ofensa propinada ante el ídolo, el mismo que nunca llegó para asombro de los naturales.

El ídolo se encontraba perdido desde que fué derribado por Hernando Pizarro hasta su descubrimiento el año de 1938 por parte del Dr. Alberto Giesecke, durante los trabajos realizados en el Templo Pintado.  En este Ídolo tallado en madera se expresa una de las bases de la cosmovisión andina, la Dualidad, representada por los dos personajes tallados de manera opuesta representando una unidad, vestido uno de ellos con un traje adornado por maiz y el otro con un traje adornado con figuras de animales.  Debajo de este personaje de unos 50 cms. de altura aproximadamente, se pueden apreciar tallas de felinos, serpientes de una y dos cabezas, personajes antropomorfos entre otros dibujos.  Dichas representaciones son relacionadas con el mito de Pachacamac y Vichama, los cuales estarían representados en los dos personajes que miran hacia lados opuestos.  Es posible apreciar una réplica del mencionado ídolo en el Museo de Sitio de Pachacamac.



sábado, 5 de febrero de 2011

Chocas A

El Sitio Arqueológico Chocas A se encuentra ubicado en la ladera de un cerro sobre los 450 msnm, en lo que correspondería a la zona ecológica denominada chaupi yunga por los naturales, zona ideal para las plantaciones de coca, en el distrito de Carabayllo, provincia y departamento de Lima.  El mencionado sitio arqueológico corresponde al periodo Intermedio Tardío/Horizonte Tardío, encontrándose estructuras de tapia (adobe) levantadas sobre base de piedras.  Dentro de la evidencia arqueológica encontrada en superficie, ademas de las citadas estructuras, se pueden apreciar restos de entierros disturbados como huesos humanos y textiles.  El Sitio Arqueológico Chocas A formaría parte del Señorío de Colli, quien dominó un área que iba de la playa (curacazgos de pescadores) hasta el curacazgo de Quivi (actual Santa Rosa de Quives).

Vista Panorámica del Sitio Arqueológico Chocas A



Vistas Exteriores del Recinto







Vistas Interiores del Recinto




Vistas de la Base de Piedras de los Muros de Tapia




Restos Óseos y Textiles






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Agradecimientos por el apoyo en campo con información y toma de fotografías al Licenciado en Arqueología Luis Cáceres

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