sábado, 15 de enero de 2011

Los Collis

El Señorío de Collique se desarrolló en la costa central, específicamente en el valle del Chillón, ocupando durante el Intermedio Tardío, periodo de equilibrio en la región, una extensa área que iba desde el mar hasta el cerro Judcunga, mas arriba del actual pueblo de Santa Rosa de Quives, en un lugar llamado Chuquicoto.  Hacia arriba colindaban con los Cantas, enemigos naturales de los Collis por la disputa de las tierras correspondiente a lo que denominaron el chaupi yunga (costa media), ubicada entre las tierras bajas yungas y las quebradas altas de la sierra (aproximadamente entre los 300 y 1200 msnm), en posesión/subordinación del Colli Capac.  Dichas tierras eran muy apreciadas tanto por los pobladores yungas como por los pobladores de la serranía, específicamente las comprendidas entre los 300 y los 1000 metros de altitud por ser idóneas para el cultivo de la coca, planta muy valorada por los naturales de ambas regiones por cumplir funciones masticatorias, medicinales, adivinatorias y servir de ofrendas.  De no poder contar con dichas plantaciones, los pobladores de la sierra dependían de la coca cultivada en la margen oriental de los andes, teniendo que realizar viajes muy largos y arriesgados para su obtención por medio del trueque.

Este señorío incluía al Señorío de Quivi, asentados en la zona idónea para en cultivo de la coca, y varios señoríos yungas subordinados a su poder; su curacazgo se encontraba rodeado por una elevada muralla y una fortaleza, que aseguraba la defensa contra enemigos locales como los Canta.  Al interior de la muralla, contaba con grandes campos de cultivo regados por un sistema de canales alimentados principalmente por agua del río.  A su vez, contaba con dos manantiales, que les permitían resistir el asedio foráneo que incluía el desvío de las aguas del río.  Durante los tiempos de sequía, afectados tanto los Collis como los Canta, se ponían de acuerdo para unir esfuerzos en solucionar el problema de la escasez del agua, trabajando así en conjunto, para proveer agua al río, canalizando el agua de lagunas de las alturas hacia su cauce.  Otra etnia enemiga de los Collis fueron los Chacllas, pertenecientes a la macroetnia de los Yauyos, interesados también en apoderarse de las tan codiciadas chacras de coca del curacazgo de Quivi, subordinado este último al Señorío de Collique.

Actualmente es posible apreciar las huellas dejadas por el Señorío de Collique mediante los sitios arqueológicos Collique 1, Collique 2 y Collique 3; pero es la precitada Fortaleza de Collique, su principal legado, de la cual puede apreciarse su imponencia en la siguiente imagen extraída del Google Earth:

Posteriormente, ante la amenaza Inca, el Colli Capac decidió enfrentárseles con el apoyo de los curacazgos menores subordinados a él; luego del fracaso ante los embates de los afamados ejércitos Incas el Colli Capac fue asesinado.  Así mismo, al poco tiempo, el curaca de Quivi fue acusado de conjurar hechizos contra el Inca Tupac Yupanqui, mediante una huaca del pueblo de Acupayllata, lo cual era muy temido entre los naturales, pues existía la creencia que los hechiceros de las huaca podían matar a distancia.  Enterado el Inca, envió a investigar lo sucedido en Quivi al orejón Apo Yupanqui, quien luego de recibir las noticias de su informante, decidió como represalia, asesinar al curaca Chaumecaxa y a todos lo varones del curacazgo de Quivi, quedando solo con vida, las mujeres y niños del mencionado curacazgo.

Fue durante la dominación Inca, y luego de los trágicos acontecimientos ocurridos en Quivi, que el Inca pone por señor de los Colli a un yanacon yanayacu, que es un yana (servidor) ascendido a curaca; además, decide enviar un grupo de mitmaq a trabajar las mejores chacras en la zona de Quivi, optimas para el cultivo de coca, siendo el grupo escogido los Chacllas, pertenecientes a la macroetnia de los Yauyos, aliados incondicionales de los Incas.  Con la primera acción del Inca, este se asegura la subordinación de los Colli sin la imperante necesidad de recurrir al ritual de la reciprocidad, bastando solo con las ordenes del Sapan Inca para su ejecución, iniciándose así en el mando de los Collis una nueva dinastía.  Con la segunda acción, se aseguraba las mejores tierras del señorío Colli, y su permanente trabajo por parte de los mitmaq.

Con la llegada de los españoles y luego de la baja demográfica sufrida a manos de los Incas, la situación se recrudeció aún mas para los Collis, esto debido a las epidemias que azotaron los diferentes valles de la costa y a las guerras civiles, donde los pobladores yungas eran obligados a llevar las cargas de los diferentes bandos de españoles; como consecuencia, muchas tierras quedaron vacantes, convirtiéndose por falta de mano de obra en tierras eriazas.  Es con Domingo de la Presa con quien se inicia la encomienda de Collique, iniciándose un cambio radical en la organización social, especialmente en los modos de trabajo.  Producto de las reducciones ordenadas por el virrey Toledo, los Collis fueron reducidos, junto con otros curacazgos, al pueblo recientemente fundado de San Pedro de Carabayllo.




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Fuente: María Rostworowski.  COSTA PERUANA PREHISPÁNICA (OBRAS COMPLETAS III). Primera Edición 2004 (Tercera Edición de 1977).

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