viernes, 28 de septiembre de 2012

La importancia del Culto en los Incas

Del diccionario de la Real Academia Española tomamos dos definiciones relevantes al respecto.  La primera es la definición de Religión, de la cual se consigna que es el "Conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto.  La segunda es la definición de Culto, definida como el Conjunto de ritos y ceremonias liturgicas con que se tributa homenaje.  Las culturas prehispánicas del mundo andino no son ajenas a estas definiciones, ya desde tiempos muy antiguos vemos evidencias de manifestaciones religiosas muy importantes, citandose ejemplos como Kotosh y Chavín, entre otros, donde la religión y el culto jugaron un papel importante en la organisación social de sus poblaciones.  Ya en Chavín se aprecia la importancia de la religión y el culto como ideología legitimizante, mediante la cual la élite religiosa justificaba y mantenía su supremacía en el poder.  Los ritos llevados a cabo en el templo del Lanzón Monolítico, se encontraban compuestos de un conjuntos de elementos rituales que apuntaban a imbuir en los pobladores el temor y obediencia a su deidad, por consiguiente, a sus representantes, la élite sacerdotal.  Al ingresar al templo del Lanzón Monolítico en medio de la oscuridad, probablemente tomando algún brevaje alucinojeno que los desconectaba de la realidad y les dilataba las pupilas, podian seguir el recorrido hasta la sala principal.  Dentro del templo, los ruidos generados por el recorrido de agua a travez de un bien elaborado conjunto de canales, asemejaban el rugido de un gran felino, deidad principal de Chavín, el felino del Lanzón Monolítico de cinco metros de altura.
 
Saltando en el tiempo varios miles de años, encontramos en los Incas la máxima representación de una élite aprovechando la idelogía legitimadora de la Religión.  Los Incas, la élite escogida por el Dios Sol para imponer el orden en el mundo andino, supieron aprovechas muy bien la religión para imponerse en la cúspide de la pirámide del poder.  En el mito de fundación del Cusco, en todas sus versiones, recogidas por los cronistas, los incas sacan provecho de la sacralidad del Lago Titicaca y superponen su surgimiento como raza élite a posibles mitos ancestrales de creación del mundo.  En el caso del mito de los Pururaucas, soldados invencibles de piedra, que ayudaron de manera decisiva al Inca Pachacutec a derrotar a los poderosos Chancas, encontramos que los incas buscan sostener su categoría de elegidos para liderar el mundo andino, mediante la representación de un favor divino que termina ciendo decisivo en la victoria de los Incas sobre los Chancas.  Como en el caso del mito de fundación del Cusco, los incas reescribieron los mitos locales y sacralizaron paisajes, con la finalidad de legitimarse como la élite, hijos del Sol.  El sincretismo puesto en practica por los incas en el aspecto inmaterial-religioso, se vió apoyado en el aspecto material-ritual, por un lado, con la construcción de templos del Sol en los principales focos retuales y; por otro lado, la construcción de grandes centros administrativos donde además de reafirmar las alianzas por medio de ritos de reciprocidad, se llevaban a cabo un conjunto de ritos que legitimizaban la condición de élite de los Incas.
 
 

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Fuente: Eberth Serrudo Torobeo (Editor), Oliver Huamán Oros (Editor), Carlos Campos Napán (Editor). INKA LLAQTA: REVISTA DE INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS Y ETNOHISTÓRICAS INKA. (Año 1 Vol. 1). Primera Edición 2010.
 

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