domingo, 21 de noviembre de 2010

El Lago Titicaca. Historias Sagradas

La sacralidad del Lago Titicaca se ve manifestada desde tiempos anteriores a los Incas, la autora del Libro De Viracocha a la Virgen de Copacabana Representación de los Sagrado en el Lago Titicaca, Verónica Salles- Reese, divide en tres ciclos la narrativa sagrada del lago, iniciando con El Ciclo Narrativo Kolla, centrado en el mito de la creación del mudo andino por parte del dios Viracocha, el cual, según los cronistas, aparece en los alrededores del Lago Titicaca para luego de pasar por Tiawanacu, proceder a crear a una raza de gigantes, a los hombres y a todas las cosas existentes en el mundo andino.  Es muy posible que estos relatos vengan cargados, en el aspecto moral y religioso, de la influencia hispana atribuida por el modo de ver el mundo por parte de los cronistas y por parte de sus informantes, expuestos ya varios años a la religión cristiana dándose como consecuencia una especie de sincretismo entre las historias bíblicas con sus mitos y sucesos.  Es Viracocha, quien luego de la desobediencia por parte de la primera generación de hombres, los extermina mediante un castigo divino, encontrándose entre las diferentes versiones a la conversión en piedra (como consecuencia se dio la creación de muchas huacas) muy semejante a la historia bíblica de Lot, y al diluvio denominado "uno pachacuti" muy relacionado a la historia de Noé.  Es Viracocha quien termina con las tinieblas, asigna nombre a todo lo existente, crea los diferentes linajes del mundo andino y los envía a habitar la tierra, luego de terminada su labor procede a alejarse mar adentro donde desaparece.

El siguiente es el Ciclo Narrativo Inca, el cual, al parecer, surgió como una necesidad de sustento divino de su dominio en la región conquistada del Kollasuyo.  En este ciclo narrativo, el dios Viracocha pasa a segundo plano, siendo el artífice principal de estos relatos el dios Sol, quien al igual que Viracocha, baja al Lago Titicaca, específicamente en la Isla de Titicaca para llamar a los Incas y adoptarlos como hijos suyos.  Con esto los Incas, además de ser el único linaje resaltado, se convierten en una deidad por ser hijos del Sol, y así, su linaje ocupa un lugar privilegiado por sobre los demás linajes, justificando su dominio sobre ellos.  Es así que el Sol les ordena civilizar a los demás linajes, inmersos en el salvajismo reinante en la época.  Existen diferentes versiones del Origen de los Incas, pero todos están de acuerdo con que fueron tres los aspectos en los que hizo énfasis el Sol, la agricultura, la industria y la guerra.  Es posible, por la forma colectiva de conservar sus relatos, que en este ciclo narrativo se entrelacen lo divino y lo real, es decir, dioses y héroes culturales.

El último es el Ciclo Narrativo Cristiano, el cual se centra en el paso por el mundo andino de un Apóstol de Cristo.  Resaltan aquí dos nombres, el de Santo Tomas y el de San Bartolomé, enviados por cristo a enseñar la fe cristiana en las tierras del mundo andino.  En este caso, de manera similar a los demás, se resalta su paso por la Isla de Titicaca, pero a diferencia de sus predecesores su poder dependía de Dios.  Este es un caso de asimilación de la doctrina cristiana por parte de los pobladores de la región, al punto de asegurar la existencia de reliquias dejadas a su paso por estas tierras.  La sacralidad continua siendo expresada en la región mediante la devoción a la Virgen de Copacabana en el año 1583 hasta nuestros tiempos.

De todo esto se resalta el aspecto transformación caos-orden de todo este conjunto de narraciones, es Viracocha el responsable de transformar el caos cósmico imperante en el mundo andino en orden natural; son los Incas quienes se encargan, por mandato del Sol, de transformar el caos político en orden civil; y, es el apóstol, enviado por Cristo, quien se encarga de transformar el caos moral en orden cristiano.  Dentro de estos relatos se puede observar una especie de proceso de sincretismo para una finalidad específica, en el caso de los Incas, lograr la justificación de su posición política prominente sobre los diferentes linajes, en especial sobre los pertenecientes a la región conquistada del Kollasuyo; y, en el caso de los Cristianos, lograr que los pobladores del nuevo mundo tomaran como única, verdadera y suya la religión cristiana.





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Fuente: Verónica Salles-Reese.  DE VIRACOCHA A LA VIRGEN DE COPACABANA: REPRESENTACIÓN DE LOS SAGRADO EN EL LAGO TITICACA.  Primera Edición 2008.

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